Al escuchar esta pregunta,
podemos imaginar muchas respuestas, pero principalmente pensamos que serán dos
las más frecuentes y que, previsiblemente, serán contrapuestas.Y es que seguro
que hay personas, muchas, probablemente la mayoría incluso, que piensen que
memorizar cosas es una penosa obligación cuando no un castigo divino y que
desde luego maldita la gracia que tiene esta actividad. Sin embargo, hay otras
personas que piensan justo lo contrario, que memorizar es entretenido e incluso
muy divertido. Por supuesto, estas últimas saben bien de qué hablan: han
experimentado los beneficios de la memorización en su vida y cómo esta en
algunos casos ha impulsado y hasta decidido sus carreras profesionales.Es
evidente que no hay forma de llegar a ser abogado del estado sin memorizar y
mucho. Pero es que tampoco se puede ser mago sin utilizar la memoria. Y entre
ambos estados caben muchas situaciones intermedias. Y la mayoría las
experimentamos en nuestra vida diaria.Nosotros estamos convencidos de que
memorizar, además de resultar enormemente útil, es divertido. Así lo cree sobre
todo Luis Sebastián Pascual, autor del libro La pastilla verde. Técnicas de memorización para mayores
de 40 años. Por eso nos dedica su libro a todos aquellos que
ya no necesitamos memorizar para estudiar, pero que queremos acordarnos muchas
veces de cosas que aunque más sencillas no por ello son menos importantes.Extractamos
a continuación las primeras páginas de este libro, con las que además de
entender el por qué del título de este, veremos con esta hilarante historia por
qué memorizar algo puede ser condenadamente divertido. Estamos seguros de que
después de leer esto es posible que tú también te animes a hacerlo.
La pastilla verde
«Está la familia reunida entorno a la mesa cuando de pronto, llegando a los
postres, alguien se acuerda de la pastilla que debía haber tomado antes de
empezar a comer.—¡Ya se me ha vuelto a olvidar la pastilla verde!Seguro que la
escena no te resulta extraña y algo parecido le habrás oído exclamar alguna vez
a la abuela, al tío… ¡o te ha ocurrido a ti mismo! Y ya no disfrutas del postre
pensando en la dichosa pastilla y tu mala memoria.Pues bien, permíteme señalar
que normalmente el problema no es que tengas una mala memoria, sino que no has
sabido cómo memorizar correctamente el dato de la pastilla verde a mediodía,
antes de comer.La buena noticia es que hay varias estrategias que te pueden
ayudar a desterrar este tipo de olvidos. A lo largo del libro expondré muchas
de ellas pero, para empezar, explicaré un procedimiento para acordarse de la
pastilla que, no diré que sea infalible, pero casi.No se trata de algo
extraordinario, una pequeña pastilla verde es fácil de ver. Pero seamos
originales, busquemos una forma singular de representar esa pastilla:
supongamos, por ejemplo, que entre sus cualidades está la de aclarar la voz y
por eso, el solista de Mojinos Escozíos antes de cada concierto, para cantar
aquello de "verde, me gustan tus ojos verde" se toma una de esas
pastillas, precisamente de color verde.Segunda cuestión, mediodía. La pastilla
hay que tomarla a mediodía, justo antes de comer. ¿Qué sueles hacer
habitualmente a esas horas? Muchas personas, antes de sentarse a la mesa,
tienen la costumbre de encender el televisor para ver las noticias de
mediodía.Imagina entonces que la presentadora se dispone a dar la primera
noticia cuando, en riguroso directo, irrumpe por sorpresa en el plató de
televisión el de Mojinos Escozíos para, de rodillas y tomándole la mano,
declararse cantando a pleno pulmón "verde, me gustan tus ojos verde, verde
como los astropajos, verde como los gargajos…".
¡Menudo caos! Los cámaras no saben qué hacer, el realizador al borde del infarto y la presentadora, estupefacta, tan solo alcanza a decir:—¡Pero si yo no tengo los ojos verdes!—¡Ah! ¿No? —responde el artista, mientras se acerca para fijarse bien. Vaya enamorado que no sabe ni de qué color son los ojos de su amada.Una escena inolvidable, ¿verdad?Imaginar este tipo de situaciones, cosa que en principio puede parecer un tanto absurdo, tiene su razón de ser. El objetivo no es otro que establecer en nuestra mente un vínculo entre la presentadora del telediario con la pastilla verde, de modo que una cosa lleve a la otra.Así, la próxima vez que te sientes a la mesa y enciendas el televisor, en las noticias de mediodía la imagen de la presentadora te evocará de inmediato la escena tan rocambolesca en la que el cantante de Mojinos Escozíos se le declaraba vociferando "me gustan tus ojos verde"... verde... ¡la pastilla verde!¿Pero esta tontería funciona? Sin duda. Cuando la pongas a prueba y, obstinadamente, una vez tras otra obtengas resultados positivos no tendrás más remedio que asentir».
Ponlo a prueba. Ya verás cómo funciona. Pero el libro tiene muchas estrategias más...
Os recomendamos que podéis adquirir el libro La pastilla verde. Técnicas de memorización para mayores de 40 años sin gastos de envío en la web de Meridiano Editorial, pinchando aquí.
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